Parkinson conexión con la microbiota

Aunque la causa exacta de la enfermedad de Parkinson sigue siendo desconocida, se cree que hay una combinación de factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Sin embargo, hay una nueva teoría que sugiere que la enfermedad también puede estar relacionada con la salud de la microbiota intestinal.

La microbiota está formada por billones de microorganismos que viven dentro y fuera del cuerpo humano. Estos microorganismos incluyen bacterias, virus, hongos y otros organismos que viven en el intestino. La microbiota intestinal juega un papel fundamental en la digestión, absorción de nutrientes, el sistema inmunológico y el equilibrio hormonal.

Recientes investigaciones han revelado que existe una conexión entre la microbiota y la enfermedad de Parkinson. Se ha demostrado que la composición microbiana del intestino es diferente en personas que sufren de esta enfermedad. Además, se ha encontrado que las personas con Parkinson tienen niveles más bajos de ciertas bacterias beneficiosas en el intestino, incluidas aquellas que producen ácido butírico. El ácido butírico es un ácido graso que se produce en el intestino y que tiene propiedades antiinflamatorias.

Por otro lado, se ha demostrado que la suplementación con probióticos, que son bacterias beneficiosas, puede mejorar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Los probióticos pueden ayudar a mejorar la microbiota intestinal, aumentar los niveles de ácido butírico y reducir la inflamación en el cuerpo.

Algunos estudios han demostrado que los probióticos pueden mejorar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, incluyendo el temblor y la rigidez muscular. Los probióticos también pueden mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad, ya que pueden reducir la fatiga y mejorar la función cognitiva.

Además, algunos estudios han demostrado que el consumo regular de alimentos ricos en probióticos puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi, son fuentes excelentes de probióticos.

En conclusión, la microbiota intestinal puede jugar un papel esencial en la prevención y tratamiento de la enfermedad de Parkinson. La investigación ha demostrado que los probióticos y una dieta saludable pueden mejorar la microbiota intestinal y reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede mejorar los síntomas de la enfermedad y reducir el riesgo de desarrollarla. Por lo tanto, es importante cuidar el microbioma intestinal y consumir alimentos ricos en probióticos para mejorar la salud en general.

Consecuencias cerebrales de una microbiota alterada

Cuando la microbiota intestinal se altera o se desequilibra, puede tener consecuencias negativas en el cerebro. La evidencia sugiere que una microbiota alterada puede aumentar el riesgo de trastornos neurológicos y psiquiátricos, incluyendo la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia.

Una de las formas en que la microbiota afecta al cerebro es a través del eje intestino-cerebro, que es una conexión directa entre el intestino y el cerebro. Esta conexión permite que la microbiota y las señales inmunológicas del sistema digestivo lleguen al cerebro y puedan afectar el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento.

Otra forma en que la microbiota puede afectar al cerebro es a través de la inflamación. Un desequilibrio en la microbiota puede aumentar los niveles de inflamación en el cuerpo, lo que puede afectar el cerebro y aumentar el riesgo de trastornos neurológicos y psiquiátricos.

Además, la microbiota también puede afectar la producción de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que son cruciales para regular el estado de ánimo y el comportamiento. Una microbiota alterada puede afectar la producción de estos neurotransmisores y aumentar el riesgo de trastornos como la depresión y la ansiedad.

En resumen, una microbiota alterada puede tener consecuencias negativas en la salud cerebral. Mantener un equilibrio saludable en la microbiota intestinal puede ser clave para prevenir y tratar trastornos neurológicos y psiquiátricos. Esto se puede lograr a través de la dieta y suplementos probióticos, así como mediante el tratamiento de afecciones digestivas como la enfermedad inflamatoria del intestino. Es importante prestar atención a la salud de la microbiota intestinal y trabajar para mantener un equilibrio saludable.

Cerebro, intestino e inflamación

Algunas enfermedades neurológicas que se han asociado con la disbiosis intestinal incluyen la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, el autismo y la depresión.

Se cree que la inflamación intestinal crónica, que puede ser provocada por una alimentación poco saludable, el consumo de alcohol y el estrés crónico, puede ser un factor clave en la disbiosis intestinal y en la activación del eje intestino-cerebro.

Por lo tanto, es importante mantener una alimentación balanceada, rica en fibra y baja en alimentos procesados, así como reducir el estrés y evitar el consumo excesivo de alcohol para mantener un microbioma intestinal saludable y prevenir la inflamación intestinal y sus consecuencias en el cerebro y la salud en general.

Probióticos como complemento para la salud

Complemento alimenticio con biotina para mantener una mucosa intestinal normal y con bacterias productoras de ácido láctico.

Es adecuado como complemento diario de su dieta. Contiene bacterias del ácido láctico en alta concentración y cultivo puro: 

  • Lactobacillus acidophilus
  • Lactobacillus paracasei
  • Lactococcus lactis
  • Bifidobacterium lactis

Las bacterias del ácido láctico. Este grupo de bacterias incluye muchos tipos diferentes de bacterias que descomponen los carbohidratos sin oxígeno, es decir, anaeróbicamente, en ácido láctico o lactato (fermentación del ácido láctico).sigue leyendoConcluir contenidas se encuentran entre los  representantes de la flora intestinal . Las bacterias están en forma seca y vuelven a activarse tan pronto como entran en contacto con el agua. Como su nombre indica, estas bacterias producen ácido láctico, que ponen a disposición del cuerpo.

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REFERENCIAS

  • Hill-Burns et al. (2017). La enfermedad de Parkinson y las variantes relacionadas con la enfermedad de Parkinson están asociadas con el microbioma intestinal. Parkinsonismo y trastornos relacionados, 38, 1-6.
  • Samson et al. (2016). La microbiota intestinal regula los déficits motores y la neuroinflamación en un modelo de la enfermedad de Parkinson. Celda, 167(6), 1469-1480.
  • Scheperjans et al. (2015). La microbiota intestinal está relacionada con la enfermedad de Parkinson y el fenotipo clínico. Trastornos del movimiento, 30(3), 350-358.
  • Houser y Tansey (2017). El eje intestino-cerebro: ¿es la inflamación intestinal un impulsor silencioso de la patogénesis de la enfermedad de Parkinson? NPJ Enfermedad de Parkinson, 3, 1-9.
  • Keshavarzian et al. (2015). Inflamación colónica y déficits motores en un modelo de ratón parkinsoniano. Revista de Neurociencia, 35(14), 5589-5595.
  • Petrov et al. (2017). Eje intestino-cerebro en la enfermedad de Parkinson: posibilidades de terapias basadas en alimentos. Revista Europea de Neurociencia, 46(3), 1738-1752.

Estas son solo algunas de las referencias más destacadas en el campo de la investigación de la relación entre la microbiota y la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, existen muchos otros estudios y artículos en este tema, y ​​la investigación continúa avanzando en esta área.

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